La práctica disminuye la erosión del suelo, aumenta la captura de carbono y estimula la actividad biológica del suelo.
Por Rodrigo Martens K.
El uso excesivo y prolongado de químicos para la agricultura ha provocado un deterioro en los suelos a nivel mundial, provocando así un desbalance de este y disminuyendo su vitalidad.
Un suelo vivo permite a los cultivos crecer sanos, proveerlos de los micronutrientes que necesitan y lograr una mayor captación de agua. Una herramienta para tener suelo vivo y una agricultura regenerativa, que sea a la vez sustentable y económicamente rentable, son los cultivos de cobertura.
Estos son plantas que se siembran para proteger el suelo y cuyo principal objetivo es mejorar todas sus condiciones de fertilidad, generando un suelo químicamente balanceado, físicamente estructurado y biológicamente activo.
En el paper “Mezclas de cultivos de cobertura para la diversidad, el carbono y la agricultura de conservación” de los autores Don Reicosky, Ademir Calegari, Danilo Rheinheimer dos Santos y Tales Tiecher -referentes a nivel mundial- señalan que los cultivos de cobertura también tienen como finalidad “aumentar la biodiversidad sobre y bajo la superficie del suelo, mejorando su potencial productivo gracias a un mayor contenido de nutrientes”.
Asimismo, sostienen que en la medida que incorporemos los cultivos de cobertura a los campos “tendremos una agricultura más sostenible y resistente al clima, así como económicamente rentable y respetuosa con el medio ambiente”.
Los cultivos de cobertura son una creciente tendencia en Estados Unidos, varios países de Europa como Francia y España y Brasil.
Entre los beneficios que otorga esta práctica se encuentran el aporte de energía, a través de la fotosíntesis (fotosintatos); que ayudan en la fijación de carbono en el suelo (materia orgánica); fijan nitrógeno; evitan la erosión y descompactación del suelo; atraen insectos benéficos ayudando a controlar plagas y que ayudan en la retención de agua y de temperatura del suelo, entre muchos otros.
Cómo utilizarlos
“Los beneficios proporcionados por las mezclas de cultivos de cobertura y el manejo innovador de ellos, brindan opciones para utilizarlos en muchos tipos de suelos y ubicaciones geográficas”, afirman los expertos sobre el uso de esta práctica.
Antes de establecer un cultivo de cobertura es importante tomar en cuenta las características del campo, tales como el tipo de suelo, la distribución y cantidad de la pluviometría, el sistema de riego y los problemas que existan en el suelo como compactación, bajos niveles de materia orgánica, plagas, entre otros.
Lo que se recomienda siempre es establecer los cultivos de cobertura considerando distintas especies de plantas, como gramíneas, leguminosas, brasicas, etc.